Joseph Aoun se enfrenta ahora a la difícil tarea de conducir al Líbano hacia un futuro mejor. Sin embargo, es probable que su mandato se enfrente a una resistencia persistente por parte de sus oponentes, en particular de Hezbolá y sus aliados.
Por Yoni Ben Menachem, Centro de Seguridad y Asuntos Exteriores de Jerusalén vía JNS
Los comentaristas libaneses han destacado lo que dicen es el duro golpe que sufrió Hezbolá a su prestigio después de no poder asegurar la presidencia del país para su candidato preferido, Suleiman Frangieh.
A pesar de haber postergado las elecciones durante 26 meses, Hezbolá finalmente no tuvo éxito. Frangieh retiró su candidatura y trasladó su apoyo al general Joseph Aoun, una figura respaldada por Estados Unidos, Francia, Arabia Saudita y varios otros países árabes.
Esta pérdida para Hezbolá también supuso un revés significativo para Irán y el movimiento chiíta “Amal”, que había apoyado a Frangieh.
La reciente victoria militar de Israel jugó un papel fundamental para poner fin al vacío político de dos años en el Líbano, allanando el camino para la elección de Aoun.
Según fuentes libanesas, se espera que enviados de alto rango de los países del Golfo visiten pronto Beirut para reunirse con el nuevo presidente.
Además, Aoun está planeando una visita oficial a Arabia Saudita tras una invitación del príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, quien lo felicitó personalmente por su elección.
Desafíos inmediatos para el presidente Aoun
Los comentaristas en el Líbano señalan dos prioridades urgentes para el Presidente Aoun:
- Estabilización del alto el fuego en el sur del Líbano: Aoun debe garantizar el despliegue del ejército libanés en el sur para estabilizar el alto el fuego entre Israel y Hezbolá. Si bien Hassan Odeh es el comandante interino del ejército, se espera que pronto se nombre a un jefe de Estado Mayor permanente. Los esfuerzos de Aoun también se centrarán en facilitar la retirada total de las fuerzas israelíes del territorio libanés, como se describe en el acuerdo de alto el fuego.
- Formación de un nuevo gobierno: Aoun iniciará consultas políticas esta semana para establecer un nuevo gobierno, que reemplace a la administración interina dirigida por Najib Mikati.
El Líbano afronta ahora una oportunidad única de embarcarse en la reconstrucción económica, con la Resolución 1701 de la ONU proporcionando un marco para estabilizar el alto el fuego y esfuerzos de recuperación más amplios.
Cuestiones de autoridad y retos futuros
En su discurso de victoria, Aoun se comprometió a refutar las dudas de los escépticos sobre su capacidad para desmantelar las capacidades militares de Hezbolá, como exigen muchos en la oposición libanesa.
Una pregunta clave es si Aoun puede impedir el contrabando de armas desde Siria al Líbano y la transferencia de armas y fondos desde Irán a Hezbolá, particularmente a través del aeropuerto internacional de Beirut, una ruta crítica para esos suministros.
Los funcionarios en Jerusalén han expresado su preocupación de que la elección de Aoun pueda aumentar la presión internacional sobre Israel para que se retire completamente del sur del Líbano.
Cualquier retraso en esta retirada podría socavar la posición de Aoun a nivel interno, complicando aún más un entorno político ya frágil.
Según un informe del periódico libanés afiliado a Hezbolá Al-Akhbar El 11 de enero, el enviado especial de Estados Unidos, Amos Hochstein, aseguró a los funcionarios libaneses que Washington ha garantizado la retirada total de Israel antes de que concluya el alto el fuego de 60 días.
¿Hacia dónde van las cosas?
Los comentaristas políticos libaneses sugieren que la elección de Aoun es principalmente el resultado de una importante presión internacional sobre el sistema político del Líbano.
A pesar de la oposición generalizada entre las facciones parlamentarias, Aoun logró asegurar una mayoría para su presidencia.
Ahora se enfrenta a la difícil tarea de conducir al Líbano hacia un futuro más brillante fomentando nuevas alianzas regionales e internacionales. Sin embargo, es probable que su mandato se enfrente a una resistencia persistente de sus oponentes, en particular de Hezbolá y sus aliados.
Según informes, Hezbolá y el movimiento chií “Amal” han recibido garantías de que sus representantes ocuparán puestos clave en el nuevo gobierno, incluidos los de primer ministro y ministro de finanzas. También se espera que el gobierno entrante dé prioridad a la reconstrucción del Líbano tras los efectos devastadores del reciente conflicto.
Un rayo de esperanza
Las expectativas públicas en torno a Aoun son altas y muchos ciudadanos libaneses se muestran optimistas respecto de su potencial para guiar al país hacia la estabilidad y la reforma. Sin embargo, la realidad política sigue siendo precaria y el camino a seguir está plagado de obstáculos.
Mientras Aoun trabaja para estabilizar el Líbano, la interacción de las presiones internas, las expectativas internacionales y la oposición de facciones políticas arraigadas determinarán si su presidencia marca el comienzo de una nueva era para el país o se convierte en otro capítulo de su turbulenta historia.
Publicado originalmente por el Centro de Seguridad y Asuntos Exteriores de Jerusalén.